Limitación del turismo de cruceros

Un comerciante a Armengol: «Matar a la gallina que nos da de comer es una aberración como este Govern»

Comerciantes de Palma califican el acuerdo del Govern sobre los cruceros de devastador para la ciudad

Aseguran que la presidenta balear está destruyendo el motor económico de Mallorca y piden gestión frente a la limitación

Armengol hunde el turismo de cruceros en plena crisis: sólo permitirá tres al día

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El acuerdo del Govern con las navieras para limitar el turismo de cruceros no ha sentado nada bien entre los comerciantes de Palma. Consideran que Francina Armengol toma decisiones que perjudican al motor económico de la ciudad sin tener en cuenta las consecuencias. Han matizado que no están a favor del descontrol y que hay que buscar la calidad del turismo, pero que hace falta gestión en lugar de simplemente limitar y prohibir.

Mientras que los comerciantes no entienden que las compañías de cruceros hayan aceptado el acuerdo, sí tienen claro que es «una auténtica burrada» y que el Govern sólo busca contentar a Més y Podemos. «Armengol está presa de todos sus socios y es un desgobierno, porque no hacen nada y cada uno exige lo que quiere. Y ahora le han pedido que se cargue el modelo turístico que tenemos en Baleares, que por el momento no es otro que el de sol, playa y cruceros», ha explicado Tomeu Mercadal, comerciante de Palma de tercera generación.

Como pequeño empresario que también vive del turista que visita la ciudad, ha asegurado que los cruceristas gastan en los negocios locales y se pasean. Son visitantes potenciales que en un futuro pueden volver si les ha gustado lo que han visto. Si bien ha matizado que lo que no puede ser es que lleguen de golpe 20 cruceros, «que no es el caso», tampoco se puede prohibir sin tener en cuenta la repercusión para Palma. «Matar a la gallina que da de comer es una auténtica aberración, como todo este gobierno», ha calificado.

Mercadal lo tiene claro, la capital está cada día más sucia y abandonada, «llena de grafitis que no se quitan y tampoco se hace nada para impedirlo». Además, ha lamentado que con la pandemia haya tantos comercios que han bajado la barrera, sin haber recibido ninguna ayuda. «Los cruceros son un buen turismo y nos lo quieren quitar. ¿Qué le pediría a Armengol? Que se vaya cuanto antes».

De una opinión similar es Joan, propietario de un souvenir de Palma, quien ha afirmado que «Mallorca cambió drásticamente con el turismo». «Esta gente que pide que se limiten los cruceros, no sé de qué viven, pero nosotros sí lo tenemos claro. Lo que están haciendo es una insensatez y una barbaridad enorme. Con la pandemia hemos visto lo que sucede cuando no tenemos turistas, Palma quedó devastada. Están jugando con el pan de los mallorquines. ¿Por qué ellos tengan un buen sueldo el resto no tenemos derecho a comer?», ha criticado.

Cabe recordar que la raíz de la polémica es el acuerdo alcanzado entre el Ejecutivo balear y las principales navieras para limitar la llegada de cruceros al puerto de Palma a tres al día y 8.500 cruceristas. Se trata de una medida que se sustenta sobre la buena voluntad de las compañías, ya que «no hay una base legal». «El Govern no tiene competencias para limitar la libre circulación en el puerto», ha destacado la plataforma Sí a los cruceros. Además, el acuerdo contó con el beneplácito de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), que hasta el momento había sido contraria. Aseguraron que poner un límite hundiría al turismo de cruceros.

Por su parte, el Govern argumenta motivos de sostenibilidad y medioambientales. Así, ha explicado que el acuerdo incluye el compromiso de las navieras de seguir invirtiendo en que los barcos sean más ecológicos. Sin embargo, las compañías han defendido en muchas ocasiones que hacen todo lo que pueden en este campo y que una parte requiere de inversión pública. Es decir, para que un crucero pueda llegar a puerto, apagar motores y enchufarse a la red eléctrica de la ciudad o repostar con combustibles alternativos, dicho puerto ha de estar preparado para ello.

Algunos comerciantes han dicho que entienden la necesidad de apostar por cruceros más sostenibles y un turismo mejor. «No puede ser que haya un barco de una compañía contaminando el agua con combustibles fósiles durante el tiempo que está atracado. Creo que debemos buscar la calidad, aunque para eso hay que gestionar. Ahora bien, el puerto de Palma da asco y está abandonado. Necesitamos inversión para mejorar nuestras infraestructuras. Sólo limitar no es una solución», ha detallado la propietario de la tienda Piluca Osaba.

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